Concierto de Año Nuevo “bajo la batuta impecable del Maestro Alberto Cubero”.

En la cita musical, que sirvió para celebrar la entrada del año, estuvieron presentes el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez, acompañado por diversos concejales de la corporación; la directora de la Agencia Estatal Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte, Silvia Calzón; el director de la banda sinfónica municipal de Sevilla, Francisco Javier Gutiérrez Juan, y el presidente de la Asociación Artis et Culturae, Juan Antonio León, entre otros asistentes.

De esta forma, bajo la batuta impecable del maestro Alberto Cubero, los componentes de la Orquesta Sinfónica han interpretado un programa que ha viajado desde la música elegante y melancólica de la “Pavana para una infanta difunta”, de Maurice Ravel, en homenaje al 150 aniversario de su nacimiento, hasta la esplendorosa Austria, donde el público ha podido disfrutar de valses, polcas y oberturas.

Composiciones como ‘Le Tribut de Zamora’, de Gounod y las oberturas ‘La Bella Helena’, de Offenbach, y ‘El Murciélago’, de Strauss, sonaron con rotundidad en el Enrique de la Cuadra, llevando al público al esplendor y la elegancia de los salones vieneses, mientras que las vibrantes notas del ‘Fandango de Doña Francisquita’, ‘El Tambor de Granaderos’, y la ‘Marcha de Cádiz’, ofrecieron un recorrido musical por lo más profundo de muestra tierra.

En la cita, no pudo faltar la danza clásica, de la mano de la Compañía y Academia de Danza Victoria Kudrina, cuyos bailarines, llevaron a cabo una espectacular coreografía, dirigidos por su profesora, la bailarina rusa afincada en Utrera, mientras que la joven bailaora utrerana y modelo, Lucía Benavides, hizo una brillante interpretación sobre las tablas del teatro utrerano con su peculiar forma de concebir la danza española.

Igualmente, para celebrar la entrada del Año Nuevo 2025, la Escolanía de Utrera, bajo la dirección de Ana Rioja, interpretaron villancicos como ‘La Primera Navidad’, de Sandys & Gilbert, y el anónimo ‘Ay, del chiquirritín’, que fueron muy aplaudidos por los asistentes. La velada concluyó con la alegre y participativa Marcha Radezky que pone siempre el punto y final a los conciertos de Año Nuevo.

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