Un año más LittleOpera Zamora ha contado con la colaboración de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León para inaugurar el festival con la tradicional Gala Lirica en la Plaza de la Catedral. En esta ocasión, a las órdenes del cordobés Alberto Cubero, que debutaba al frente de la formación. Y con las voces de Aquiles Machado y Miren Urbieta-Vegapara ofrecer un programa fino y variado, donde cupieron Verdi, Leoncavallo, Puccini, Bellini, Bizet y Gounod. De este último fue la sorpresa musical de la velada, ya que pudimos escuchar unos fragmentos de su última ópera El tributo de Zamora, pieza que tuvo gran éxito en su estreno pero que ha quedado relegada al olvido, de tal manera que solo se ha interpretado completa una vez en tiempos modernos. La edición crítica de la música que pudimos escuchar en Zamora ha corrido a cargo de Alberto Cubero, en un encargo del Festival LittleOpera.
Aquiles Machado cumplió en los fragmentos en los que participó como solista, demostrando que ha sido uno de los grandes tenores de su generación, y que aún sabe manejar su voz con habilidad, aunque en algunos momentos pueda sonar algo áspera y desabrida. Su mejor intervención tuvo lugar cantando Leoncavallo y en el fragmento recuperado del mencionado El tributo de Zamora. Miren Urbieta-Vegademostró porqué cada vez más teatros internacionales cuentan con ella para sus producciones, con una voz en plenas facultades, amplia, de limpios agudos, con un hermoso color, segura en todos los aspectos de su canto. Y con la extraordinaria cualidad de transmitir emociones, como quedó patente en el Ave María del Otello de Verdi. Cubero estuvo muy seguro toda la velada, en buena sintonía con una OSCYL que dirigía por primera vez, con la que logró matices y dinámicas que la buena sonorización de esta edición permitió apreciar sin dificultad.
Javier Semberoiz